Moulin Rouge

Desperté lista para la acción, tengo que salir temprano antes de que llegue el staff de las residencias de Juan.

Se pueden imaginar que salimos  de prisa y por separado, yo no sabía exactamente a donde ir, así que le dije a Juan que se fuera y yo me quedaba a planear mi día en una banquita antes de entrar al metro. Segundo 5 de estar en la banquita, un hombre se me aproxima para preguntarme si necesito ayuda. Miedo. Me empieza a decir que si quiero ir a tomar un café con él y como soy un ser brillante le pregunte si había visto «Taken.» En caso de que no la hayan visto se trata justo de unas morras a las que secuestran en Europa para trata de blancas. Él se río, nos quedamos platicando, al final me dio tantilla confianza, le acepte el café pero yo escogí donde, y fue justo en frente del metro, para mi paz mental.

Allí estaba yo, en París tomando café con Rabah un perfecto desconocido que decía quería ser el padre de mis hijos. Después de ese comentario solo pude acabarme mi café y escapar. Me pidió mi celular para que nos viéramos más tarde, nada tonto me marco para ver que si fuera mi número, escapé.

Primer parada el Centro Pompidou, porque arquitecta, porque Richard Rogers, porque Renzo Piano. Todo fabuloso. Recorrí el museo velozmente, subí al mirador en un éxtasis arquitectónico por esta allí. Conforme la sombra empieza a crecer en la plaza que queda en frente del museo, la gente comienza a sentarse a ver el tiempo pasar. El tiempo pasó y decidí buscar algo para comer. Entre a un bonito restaurante que estaba marcado como most en una lista de restaurantes franceses, pedí carne, riquita y demasiado grande, extrañé a mi hermano y a mi padre, ellos sin pero le hubieran entrado gustosos.

IMG_7716.JPG

Continué mi camino, caminar y caminar por París hacia el Palacio Real, hermoso, casi lloro al entrar. En esta ciudad, no puedes no querer llorar de alegría todo el tiempo. Continué hacia el Louvre, estuve a punto de no entrar, demasiada gente, de hecho me fui, pero recapacite y me obligue a retornar y visitar a la Monalisa. Mucha gente, pero ese museo vale la pena tolerar el amontonamiento. Creo que soy a la única persona en el mundo que el cuadro de Leonardo no se le hace tan pequeño, pero por que todos ya me habían advertido que no era un cuadro grande, mi mente exagero. Fui feliz al verlo. Fui infeliz al sentir los empujones de la gente que quiere un selfie.

Venus de Milo, gracias por existir. Victoria alada de Samotracia, gracias por existir. Los apartamentos de Napoleón, lo más. Creo que nunca había caminado tan rápido en mi vida, en ese museo te puedes quedar una eternidad, hay que ser selectivos.

IMG_7823.JPG

Corrí a ver la Opera de Garnier, extasís para mis ojos. Ya era la hora para volver y ver a Juan,  nos quedamos de ver en el metro para ir a Sacre de Coeur, compramos botanita, vino y cervezas, vimos el atardecer. Ya de noche nos dirigimos al Moulin Rouge, mi padre me dijo que fuera, yo soy muy obediente. Compré mi boleto, y  como faltaba una hora para que empezara fuimos por otra cerveza a un pub irlandés. Fue hora de entrar, el espectáculo lindo, pero muy caro para lo que es creo yo. Prefiero ir mil veces al  Circo du Soleil. Me hice amiga de dos mexicanas, cuando acabo el espectáculo Juan fue por mí, sorpresita Cris y Lau habían planeado una reunión de despedida, por lo que convivimos un rato en la noche.

El rato en la noche se alargo demasiado, mi estancia en París también.

 

 

Deja un comentario