Costa Rica Día 9 y 10

Día 9 – De Jacó a Manuel Antonio.

Que triste es decirnos adiós, cuando nos adorábamos más. Despertamos temprano. Olvidé decir que aquí a las 6am ya está el Sr. Sol a TOOODO lo que da y se mete a las 6pm. Nos reunimos en la alberca, desayunamos y esperamos a que dieran las 10, hora en la que a casi todos los pasaban a recoger y yo aventurera debía salir a tomar mi bus.

Tomo mi bus. Duermo. Despierto en Quepos. De allí hay que transbordar a un camioncito que te lleva a Manuel Antonio. Quepos es microscopico, una comunidad como de 5 calles por 5 calles. Y la estación es de dos ventanitas de atención al cliente y le caben como 8 camiones.

Quepos y Manuel Antonio son básicamente lo mismo, pero no. Entonces salen camiones cada 20 min. Tomé el nuevo camión y en 10 min ya estaba en mi hostal. Decidí leer en la hamaca un rato, esperar a que bajara tantillo la intensidad del sol, y salir a caminar.

Igual que todo, es un pueblo, solo que este es un pueblo de una calle larga, larga, larga. Me compré un fabuloso traje de baño. Aquí en Costa Rica es como la artesanía de venta al público. Tanto en Jacó como acá los hacen las personas lugareñas. Y están cool la verdad.

Me hice amiguilla de una artista que trabaja la cerámica. Tenía, HERMOSOS perezosos de cerámica, pero me daba pavor que en el camino se me rompiera. Estaba hasta colgado de su árbol hecho con ramas reales. Todo muy delicado para esta pequeña manos de estomaguito, con espacio limitado en las maletas y moviéndose en transporte público.

Continué mi camino. Llegué a un restaurante llamado «El Avión» que me fue recomendado para ver el atardecer. Claramente sabes cuando llegas.

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Me senté. Al parecer a todos les sorprende que viajes sola. Tanto que no me atendían pensando que esperaba a alguien. Pero estábamos en un date mi cámara, mi nuevo traje de baño y yo.

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Le hablé al mesero, me trajo la carta. Pedí unos camarones que estaban deliiiish. Fuera de lo que comí con mi hermano en San José esto fue de lo más riquito con lo que me alimenté.

Llego el atardecer.

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Después de eso se soltó un aguacero BRUTAL. No me quedo de otra más que sacar mi diario de viajera y comenzar a escribir. Esperé a que pasara. Volví a mi hostal no sin antes contestar varias veces la pregunta ¿A poco viajas sola?, que valiente. A los últimos la verdad, les mentí y dije que me estaban esperando en el hostal mis amigas que no habían querido bajar a cenar.

Llegue al hostal. Volví a leer en la hamaca, a penas son las 6pm, pero ya esta oscuro. En mi misma cabaña se están quedando una pareja de una peruana con un alemán y dos argentinos antisociales. La peruana amablemente me trajo una botella de agua del super, ya nos hablamos.

Me fui a la recepción para tener internet. Allí conocí a dos americanos, un hindú y un ingles. Siempre entre vatos me veo. Platicamos super cool, ya quedamos que saldríamos por la noche. Me fui a bañar e invite a la peruana y su pareja a la salidita. Aceptaron.

Volví a la tele de la recepción. Ya todos listos para salir. El hindú andaba solo pero con carro rentado, entonces se ofreció a que fuéramos a ver a donde salir, dejar a unos y luego volver por los otros. Como les dije es una calle mega larga, y la neta si esta suicida caminar en la noche, son puras curvas.

Llegamos a un lugar. Acompañe al hindú por los que faltaban. Regresamos y el lugar elegido… ya estaba cerrado. Nos mandaron a uno que estaba como a 150 mts. Como siempre, barra libre para mujeres. Lo mejor de todo es que había un Jenga GIGANTE, soy una master para el Jenga. El hindú que no toma por su religión y yo pegados al Jenga. Fue fabuloso, lo hice pedacitos. Él tenía mucho miedo de tirar el Jenga por que pues… si estaba como para lastimarte, entonces yo en diversión absoluta jugando conmigo misma y entra cada turno dejando que el intentara sacar una, lo cual ocurría una de cada tres turnos. Como yo iba a levantarme temprano para ir  al parque nacional y él para manejar decidimos irnos tempra, igual que en Jacó demasiadas prostitutas y para mi sorpresa todo mundo te ofrece coca y yerba.

Dormir.

Día 10 –  Manuel Antonio.

Me desperté. Desayune. Llegue al parque nacional. Mi problema es ser una persona terca. Había guías para ver la fauna y flora, pero pues yo en lo personal no le vi caso. En el Tayrona en Colombia no lo necesite. Gracias a Dios escuche que adentro no venden comida, entonces me compre el sandwich más caro de la historia y una botella de agua.

Comencé la caminata y los guías van explicándole a las personas que hace cada planta. Arrepentimiento. Traen unos tipo telescopios pero para ver fauna fabulosos. En eso veo que están viendo peresozos, y decían que era una perezosa con su bebé. Yo amablemente le pregunte a un guía si me dejaba asomarme. Su respuesta en el tono máaaaaaaaaaas mamón del mundo fue: «Es un tour privado, no puedo.» Con el corazón roto comencé a caminar.

De pronto recordé que traía mi cámara con el telefoto 75-300mm. Pero por supuesto que saque la cámara, el guía me vio con odio, busque al perezoso y allí estabaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Me derrito de amor solo de recordarlo.

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Otros humanos que estaban sin guía se acercaron a ver mi cámara. Un grupo de gringos retirados me adoptó, el guía aceptó amablemente que me quedara y junto con ellos recorrí el parque y las playas.  Se supone que en las playas de este parque grabaron El Naufrago  y Jurassic Park.

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En el parque me encontré a la gente del hostal, junto con una francesa que también viaja sola y conocieron allí. Nos fuimos juntos rumbo a la playa. Pasamos por unos puestos de artesanías y ventas varias. Entré al puesto de una argentina que hace aretes con plata. Mara. Mi nueva mejor amiga.

Escogí para mi colección unos aretes de plata con piedra volcánica y el anillo que hacia juego. La terminal no sirvió. Llanto interno. Resulto ser que en mi hostal trabaja su ex marido, por lo que me dijo que me llevara los aretes y el anillo, que en la noche pasaba por allí a recoger el dinero o intentar pasar la tarjeta de nuevo. La más buena. Confiando en la humanidad una persona a la vez.

Estuvimos en la playa como 3 horas. El mar casi me encuera como 400,000 veces. Casi muero atropellada por un surfer otras 5,000. Platique un ratillo con la francesa. Mensaje para Cade: 4 amigas  mujeres nuevas, be proud of me.

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Volvimos al hostal para bañarnos, cambiarnos y ver que hacer. Paso Mara por el dinero, me presento a su ex, platicamos amistosamente un rato. Resulta que cuando estaban casados venían mucho a Taxco por plata y piedras, aman México. Todo el mundo ama México. Eso me hace feliz.

Comienzan los preparativos para salir. Llegaron un costarricense y …. un mexicano. EL ÚNICO MEXICANO QUE CONOCES EN EL EXTRANJERO….UN PENDEJAZO. No daré detalles porque me da tristeza y coraje. Solo diré que era una criatura de 21 años, hijo de algún millonario, que no sabía de humildad, tomar ni hacer amigos. El costarricense que lo iba cuidando sufría cada segundo a su lado…y se le notaba.

Ignorare por el bien de mi memoria al mexicano. Estuvimos platicando, decidimos ir a Quepos de fiesta. Pedimos taxis, llegamos en 5 min al antrillo. El mundo entero esta perdiendo la cabeza. Vi bailar a las personas de formas que mi mente jamás olvidará, formas que no quería saber que eran posibles. Allí conocimos a otras tres gringas que se unieron al grupo. De pronto pleito en el antro. Al parecer alguien robo una cadena de oro. Yo decidí salirme y esperar a que todo pasara. La verdad es que allí se acabo la fiesta. El costarricense amablemente pidió un taxi gigante para todos. Dejamos a las gringas en su hostal, seguimos al nuestro. Pusimos música en las bocinas. Hasta que nos dio sueño y fuimos a dormir.

Día 11 – El fin. Manuel Antonio – San José.

Me levanté y en el desayuno me encontré con los gringos. Decidimos ir a comer y al mar un rato. Estuvimos en un restaurante lindo frente al mar. Mi último batido de maracuyá. Le dije a Nick que pidiera uno, introducción al maracuyá para gringos, con miedo lo probó y al final me dio las gracias por presentarle tan maravillosa fruta.

Platicamos un rato, nos bajamos a caminar la playa y entramos a las tiendas varias. Ellos tenían un catamaran programado, de nuevo el triste adiós.

Subí al hostal, me bañé, leí un rato instalada en la hamaca. Hora de la partida a Quepos. Pedí para el camino un sándwich y un gatorade. De pronto tormenta tropical.  

Lluvia tropical #CostaRica

A video posted by María Ferráez (@mrgferraez) on

 

Me dormí. Desperté en el aeropuerto de San José. Llegó mi hermano de México, todo cronometrado para la despedida. Estuvimos una hora platicando. Hora de su partida. Hora de mi partida. De pronto, perezoso. Mi color es como 5 tonos más oscuros que a mi llegada. 

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My life is kind of magical.

Costa Rica: Quedo eternamente agradecida.

 

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. mlneu dice:

    Me encanto!! ⭐️ muy linda la forma en la que relatas. Sueña que tuviste un gran viaje!!

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    1. mariaferraez dice:

      Gracias mlneu. Efectivamente fue un gran viaje. 100%Recomendado ir a Costa Rica 🙂

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  2. mlneu dice:

    Suena********* jajaja

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