Bruselas te sorprende.

Despertar, empacar, escapar.

Juan seguía dormido cuando salí. Encontré mi camino a la terminal de autobuses, que barbaros todo un protocolo para comprar el boleto por Eurolines. Pasar a una ventanilla y comprar el boleto, ir a otra a hacer el check in, bajar al bus. Bueno la aventura me aguarda, ahora sí, vamos yo y mi alma a conocer un país en el que en verdad jamás considere estar, pero bueno me queda de camino a la boda de Miguel.

El bus para afuera de la estación de trenes de Bruselas, sí, donde hubo una bomba hace meses, allí yo mujer valiente. Caminando a unos 15 min llegue al hostal, me bañe, deje mis cosas. Que bárbaro el calor de este continente, me dijeron que no hacía calor, me mintieron. Llegando me organice para encontrarme con un amigo de Alejandro por la noche.

Busque donde comer, encontre un gigantesco kebab, mi primer kebab. Decidí comerlo al caminar, de pronto llegué a la plaza principal, lugar del que salen los freewalking tours. QUE BARBARO BRUSELAS QUE BONITOO TODO, de verdad me sorprendió para bien, todo es diferente a lo que estos ojos cafés míos han observado, todo es algo gótico y oscuro, pero lindo.

Encontré el punto de partida del tour, conocí a dos argentinas, el guía era gracioso, peruano. Latinoamérica en el mundo. Durante el tour me enteré que los pitufos son originarios de allá, que las papás a la francesa en verdad son belgas, vi algo de art nouveau, espectaculares grafitis, me indicaron donde comer chocolate gratis, yo todo el tiempo viendo el reloj, porque uno viene todo sudado, tengo que bañarme antes de ir a reunirme con las amistades de Ale.

El tour efectivamente acabo media hora tarde, en un lugar súper lindo, un mirador que da hacia el centro histórico y alcanzas a ver toda la ciudad, al parecer iba a haber juego de soccer porque había mucha gente en la calle con playeras, a la expectativa. Corrí, me bañe velozmente, volví a apretar el paso, el bus tardo años en pasar, bueno 15 eternos minutos, de camino decía 29 minutos, recorrí la ciudad, me gusta bastante. Podría vivir aquí.

Llegué a la zona de bares, encontré a José, estaba con un amigo Belga del trabajo. Hora de pedir cerveza en el país que tiene más de 3000. José me explico que hay cerveza para cada clima y para cada humor. Hace calor, estoy feliz, el escogió por mí, deliciosa cerveza con limón super refrescante, no recuerdo el nombre, aplausos para él.

Convivimos un rato, 2 cervezas para ser exactos, nos fuimos a un restaurantillo de kebabs, nos regalaron limonada con hierbabuena, como un mojito, sin alcohol delicioso, comimos papás, platicamos los tres, fue hora de irnos. José amable de más me acompaño al hostal. No sin antes preguntarme por que Ale y yo somos tan diferentes… y tan iguales. Todo me parece bonito, el plan mañana es ir a Brujas :).

 

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