Crónicas de una boda brasileira.

Se casaron mis mejores amigos del país tropical. Se casaron hace 3 semanas. Sigo aquí.

Me emocionaba mucho volver a Belo Horizonte, amo esta ciudad, amo a los humanos que habitan en ella. Venir, es volver  a un lugar en el que me siento como en casa. Siempre con a presión de volver a México, pero bueno, puedo soportarla.

Fui madrinha, es algo así como ser dama, pero por lo que tengo entendido ahora Alana y Alfredo son mis ahijados.

Llegue 9 días antes de la boda. Obviamente hubo fiesta desde 3 días antes del magno evento. Conforme fueron llegando familia y amigos se iban organizando saliditas casuales, churrascos, salidas antros todo celebrando la unión de los novios.

Llego el día de la boda. Alana me amenazó con que tenía que llegar a las 8:15 pm para que me dieran instrucciones.

Me estoy quedando en casa del novio, llego su madre, tía Filo, muy bonita, super arreglada, feliz y nerviosa. Alfredo corría de un lado al otro, nervioso, ansioso, emocionado, feliz. A las 8:00pm salimos hacia la iglesia. La misa comenzaba 45min después. Comenzaron a llegar los demás padrinos y madrinas, todos nosotros guapisimos de azul rey. Nos dieron instrucciones, nos acomodaron en una fila con el orden de entrada, nos explicaron como entrar (la verdad entendí la mitad de lo que dijo), pero bueno mi pareja guía.

Comenzó la ceremonia. ENTRE A LA IGLESIA CON YO SOY TU AMIGO FIEL DE TOY STORY. Lloré. TIEMPO BRASIL, ¿¡¿qué esta pasando?!? En México se tiene mucho protocolo dentro de la iglesia católica, lo único que los novios pueden escoger, a mi entender, son las lecturas. Para todo lo demás hay opciones estándar. Los niños entraron con «Let it go» de Frozen, se tocaron canciones de Shrek, la boda fue un musical.

La cara del novio esperando a la novia fue lo más. Nos hizo chillar a toodoos.

Aquí extrañamente el papá y la novia no llegan hasta el altar, el novio los alcanza como a 3/4 del camino. El papá entrega a la novia, lo más. Juntos los novios caminan el cuarto de camino que resta…no hay sillas para los novios, ellos se quedan de pie toda la misa.

Sigue el musical.

La misa no es completa, no hay arras, no hay lazo. Solo anillos. No hay consagración, solo los novios comulgan. Es una misa bastante corta, comparada con la mexicana  que es la misa normal más todo lo de la boda.

Después de la misa son las fotos del novio con la novia, de los novios con las damas y los padrinos, con la familia, con los testigos. Se toman a lado en una capilla exterior.

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Después todos fuimos en «El tren de la alegría» hasta el salón. Esto al parecer fue una idea innovadora por parte de los novios. El tren esta super cool con luces y música.

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Llegué al salón. Oh mi Dios, yo esperando como en México que me asignen mi lugar para cenar. Ilusa. Aquí en los juegos del hambre solo están algunas mesas con letreritos «Familia de la novia», «Familia del novio», «Amigos de Alemania», pero nadie te indica donde esta tu mesa, y la mitad del mundo no tiene silla.

Hay una barra de bebidas, una de dulces, y una de comida. Al parecer hubo cena, yo no me enteré. Viví de la barra de salados, delish.

Tampoco me enteré cuando partieron el pastel. Aquí los pasteles son decorativos, solo un piso es real para que los novios partan para la foto, lo demás es falso, lo cual en lo personal me pareció gracioso.

Es muy extraño que de verdad cada quien esta en su mundo, puedes comer todo el tiempo, beber todo el tiempo, no enterarte de lo que pasa del otro lado del salón, nunca hay un momento donde todos estén en lo mismo. O por lo menos no en esta boda.

Eso si fue una boda llena de amor, amor y más amor. Valió la pena haber venido a muy muy lejano para ver como se casaban Alana y Alfredo.

La boda estuvo llena de Sertanejo, Anitta, YMCA, I will survive.

Fuimos los primeros en llegar, los últimos en irnos.

Amo a la gente de este país.

 

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